Modelo Westminster: Sistema Constitucional Británico
El Modelo de Westminster es el término usado para caracterizar el sistema constitucional británico. Este modelo hace la afirmación de que captura con precisión la constitución y el funcionamiento del gobierno del Reino Unido. La característica clave del modelo es una separación de poderes que se refiere a la división de deberes y autoridad en tres ramas distintas que son el poder legislativo, también conocido como el Parlamento, que está a cargo de aprobar leyes; el poder ejecutivo, conocido como el gobierno, está a cargo de hacer cumplir las leyes y proporcionar servicios gubernamentales; y el poder judicial, conocido como los tribunales, interpreta cómo se deben aplicar las leyes. Tal separación de poder ayuda a dividir el poder y hacer un sistema más transparente. Otras características del modelo son la presencia de partidos de oposición parlamentarios y un jefe de estado ceremonial, que es distinto del jefe de gobierno. Estas características permiten la representación de las minorías en el Parlamento, como tales pueden participar en la construcción de leyes y reglamentos.
El Parlamento de Westminster tiene varias maneras, incluso la Cámara de los Lores, de traer al ejecutivo para rendir cuentas. Los Lores, la cámara alta de una legislatura bicameral, sirve como un control constitucional y equilibrio en el poder ejecutivo, cumpliendo un requisito democrático clave a pesar de su no elección. Una cámara baja elegida democráticamente es un componente del sistema de gobierno de Westminster. El primer ministro es el segundo al mando del gobierno después de los miembros ejecutivos. La oposición, liderada por el líder del partido o partidos con el segundo mayor número de escaños en la cámara baja, es el próximo sistema en entrar en vigor. El primer ministro y los gabinetes están, por lo tanto, totalmente a cargo del Parlamento bajo el sistema británico. Como comité directivo del Parlamento, son responsables de preparar y aprobar la mayoría de la legislación, así como el presupuesto.
El principio fundamental de la democracia directa es que los votantes tendrán más probabilidades de aprobar una nueva legislación si tienen voz directa en su creación y sustancia. El paradigma de Westminster, que se basa en la idea de que los representantes de las personas hacen las mejores leyes en lugar de las personas mismas. En el Reino Unido, varias técnicas democráticas directas se han empleado, como el uso de referéndums. A pesar de que se supone que la administración debe responder ante el Parlamento, la Cámara de los Comunes está bajo su control. El gobierno introduce medidas para que el Parlamento vote, que casi invariablemente pasan, y establece la agenda y el calendario para avanzar un proyecto de ley a través del Parlamento.
El delicado equilibrio entre la administración y el Parlamento que es la base de la constitución del Reino Unido, que se basa en gran medida en las tradiciones, ha sido puesto bajo presión por el Brexit. Ha resultado en un conflicto en curso entre Westminster y la administración conservadora minoritaria de Theresa May, que depende de un acuerdo de suministro y confianza con el Partido Unionista Democrático. Esto ha llevado el aspecto adversarial de la vida parlamentaria británica a su punto de ruptura. También ha planteado un desafío sin precedentes a las prácticas y procedimientos del Parlamento, que fueron establecidos por Erskine May en el siglo XIX. Algunas personas creen que el resultado del referéndum de junio de 2016 para abandonar la UE ha fortalecido el modelo de Westminster (The Economist, 2016). Dado que se eliminarán la etiqueta y la presión europeas y se permitirá que el Parlamento actúe de forma autónoma, esto tendrá un impacto significativo en la supremacía del Parlamento.