El caso Canterbury vs. Spence
Introducción
La jurisprudencia Canterbury vs. Spence es un caso legal que se decidió en los Estados Unidos en 1971. El caso giraba en torno a un médico al que un paciente demandó por negligencia. El paciente, el Sr. Canterbury, había resultado herido en un accidente automovilístico y había visto al Dr. Spence para recibir tratamiento. Sin embargo, el Sr. Canterbury afirmó que el Dr. Spence había sido negligente en su tratamiento, no había diagnosticado sus lesiones correctamente y demandó al Dr. Spence por negligencia (Laurena, 2020). El tribunal consideró las acusaciones del Sr. Canterbury y encontró que el Dr. Spence había sido negligente al tratar al Sr. Canterbury. El tribunal dictaminó que el Dr. Spence incumplió el deber de proporcionar la atención y el tratamiento adecuados a sus pacientes. El tribunal ordenó al Dr. Spence pagar daños y perjuicios al Sr. Canterbury (Laurena, 2020). Esta jurisprudencia es importante porque estableció el deber legal que los médicos tienen con sus pacientes y alentó a los pacientes a demandar a los médicos si sentían que los médicos incumplieron su deber durante el tratamiento. Este expediente se considera un hito con respecto al consentimiento informado durante el tratamiento de los pacientes.
El caso Canterbury vs. Spence
El consentimiento informado es un proceso de obtención de permiso antes de llevar a cabo una intervención de tratamiento en un paciente. Este proceso garantiza que los pacientes estén informados del tratamiento y comprendan los riesgos y beneficios involucrados. El consentimiento informado es un requisito ético y legal en muchas jurisdicciones. Uno de los elementos involucrados en el consentimiento informado es la información (Cumyn et al., 2020). El médico debe proporcionar al paciente toda la información sobre el procedimiento de tratamiento. La voluntariedad es otro elemento que permite al paciente decidir sin coerción, intimidación o manipulación. Otro elemento es la comprensión, que asegura que el paciente entiende la información que se ha proporcionado. Si tienen alguna pregunta, éstas deben ser respondidas a su satisfacción. La capacidad es otro elemento crucial que asegura que el paciente es legal y mentalmente capaz de tomar decisiones acertadas. Significa que el paciente debe haber alcanzado la edad legal y tener la capacidad mental para comprender la información y tomar una decisión. Por último, existe un acuerdo, que le da al paciente la libertad de aceptar o rechazar un procedimiento de tratamiento, también conocido como consentimiento informado.
El estándar de persona razonable es un término legal que describe el nivel de cuidado que se espera que una persona tome para evitar dañar a otros. Esta norma se utiliza en la ley de responsabilidad civil para acceder a si una persona puede ser considerada responsable de los daños causados por sus acciones. El estándar de persona razonable también se utiliza en el derecho penal para determinar si las acciones de una persona pueden ser consideradas responsables de un crimen cometido. En este sentido, el consentimiento informado es esencial en la atención médica porque brinda a los pacientes el privilegio de tomar decisiones informadas sobre su tratamiento. Esto incluye la comprensión de los riesgos y beneficios de un tratamiento propuesto y cualquier alternativa disponible. El consentimiento informado permite a los pacientes comprender sus derechos y responsabilidades en relación con su atención. Se basa en el principio de autonomía, que es el derecho de cada individuo a tomar decisiones sobre su propia vida y decisiones cruciales de atención médica.
El consentimiento informado tiene un papel importante en los procedimientos y prácticas de atención médica. Asegura que los pacientes reciban la mejor atención posible para sus deseos y sean plenamente conscientes de lo que implica el tratamiento. El consentimiento informado permite a los pacientes tomar decisiones informadas sobre su tratamiento y es más probable que cumplan con su plan de tratamiento. Además, los médicos observan los derechos de los pacientes porque a través del consentimiento informado. Los pacientes pueden demandar a los médicos si sienten que sus derechos fueron violados. Esto se debe a que pueden tomar decisiones sobre su cuidado de acuerdo con sus valores y creencias. Finalmente, el consentimiento informado promueve la confianza entre los pacientes y sus proveedores de atención médica. Esto se debe a que los pacientes se sienten cómodos con las decisiones que toman sobre su atención médica y que su equipo de tratamiento debe respetar sus decisiones.
El consentimiento informado es un proceso en el que el proveedor de atención médica divulga información al paciente sobre los riesgos, beneficios y alternativas a un tratamiento propuesto. Luego, el paciente tiene la oportunidad de hacer preguntas y tomar una decisión sobre si debe continuar con el tratamiento. El consentimiento informado es ético porque respeta la autonomía del paciente para tomar decisiones sobre su atención médica. Los principios del consentimiento informado son importantes en las discusiones éticas porque ayudan a proteger la autonomía de los pacientes y los sujetos de investigación (Barrow & Khandhar, 2019). Estos principios requieren que las personas reciban información sobre su condición y opciones de tratamiento de una manera que puedan entender y se les permita tomar decisiones sobre su cuidado sin coerción. El consentimiento informado también requiere que las personas tengan tiempo suficiente para tomar decisiones y que puedan cambiar de opinión sobre sus elecciones.
Conclusión
Finalmente, los hospitales son responsables de garantizar que los pacientes brinden su consentimiento informado antes del tratamiento. Esto implica que los centros de salud deben proporcionar la información necesaria sobre el tratamiento propuesto. Los hospitales deben permitir al paciente decidir si procede con el tratamiento y respetar las decisiones que toman. A través del incumplimiento del deber y el incumplimiento de las decisiones del paciente, los hospitales pueden ser responsables si el paciente demanda al hospital por las lesiones infligidas.