Correcciones basadas en evidencia en el sistema de justicia penal
El libro establece la necesidad actual de incorporar cambios en el Sistema de Justicia Penal. Sugiere implementar modificaciones que esencialmente hacen que la totalidad de la justicia penal esté basada en evidencia. Para comprender la importancia de tal alteración, primero es necesario comprender varios puntos relacionados con el tema, que se abordarán en este ensayo.
Es crucial entender lo que significa el término «basado en la evidencia». En Teoría Correccional: Contexto y Consecuencias los autores mencionan el concepto de conocimiento externo, refiriéndose al método científico de obtener información (Cullen & Jonson, 2016). En un sentido más amplio, estar basado en la evidencia implica estar basado en alguna evidencia objetiva, derivada de la observación sin prejuicios, que los autores consideran un aspecto necesario del Sistema de Justicia Penal.
A diferencia del conocimiento externo, o científico, también existe el conocimiento interno, que a veces se conoce como clínico. El conocimiento clínico se basa en la experiencia personal de los expertos en diversos campos y, por lo tanto, es subjetivo. El libro no ignora el conocimiento interno, afirmando que los trabajadores en el entorno de la justicia penal tienen una comprensión profunda de cómo funciona esta esfera y pueden tomar decisiones basadas en su conocimiento clínico (Cullen & Jonson, 2016). Sin embargo, es poco probable que basar un sistema responsable del bienestar y la seguridad de la sociedad en opiniones subjetivas sea racional. Por lo tanto, es necesario comprender los defectos del conocimiento interno.
El conocimiento clínico, como una forma de conocimiento obtenido a través de observaciones individuales, trata el problema de la generalización, el problema de ser autocontradictorio y el problema de la selectividad. Teoría Correccional: Contexto y Consecuencias afirma que la dependencia de la experiencia individual podría conducir a suposiciones falsas, a saber, la noción incorrecta de que las experiencias personales son universales (Cullen & Jonson, 2016). Además, es imposible que la experiencia individual de una persona no entre en conflicto con la de alguien que se ha enfrentado a una situación que podría parecer similar en un nivel superficial, pero, en realidad, es completamente diferente debido a circunstancias diferentes.
El sistema actual de justicia penal, que aplica principalmente el conocimiento clínico en lugar del enfoque científico, a menudo está influenciado por el contexto social que rodea a los involucrados. Las personas que trabajan en el campo no son observadores pasivos de los eventos que suceden a su alrededor, sino participantes activos que influyen en cada situación de maneras que ni siquiera conocen. En primer lugar, los diferentes antecedentes personales afectan las opiniones y puntos de vista subjetivos, lo que resulta en una toma de decisiones potencialmente deficiente dentro del Sistema de Justicia Penal. Parece que la objetividad es necesaria para este campo. Sin embargo, las personas en el sistema podrían sacar conclusiones basadas en la política, la conveniencia, el sesgo subconsciente o consciente, las opiniones y creencias individuales (Cullen & Jonson, 2016). Esas decisiones subjetivas pueden tener repercusiones drásticas, tanto para los delincuentes como para las posibles víctimas futuras. Este tema de la subjetividad en el Sistema de Justicia Penal, y sus consecuencias resultan en la Cuackery Correccional. Esto lleva a que las personas reciban un castigo inapropiado por sus delitos, a veces desproporcionado a los delitos que han cometido, basándose únicamente en los prejuicios que puedan tener las personas que trabajan en el sistema.
Esos son los puntos que los autores plantean en relación con el sistema de justicia penal y las razones por las que es necesario modificar su modus operandi. El argumento principal a favor de esta idea es, por supuesto, la posibilidad de hacer que la forma en que opera el Sistema de Justicia Penal se adapte mejor a la meta que todos los sistemas de justicia apuntan: mejorar la sociedad. Es, por supuesto, un trabajo extenuante, pero traer más objetividad al campo es bastante razonable.