Negligencia en el caso Liebeck vs. McDonald’s
El caso de Liebeck contra McDonald’s es un famoso caso de agravio en los Estados Unidos en la década de 1990. Stella Liebeck, una mujer de 79 años, fue quemada por el café caliente que compró en una ventana de McDonald’s. Según los procedimientos de la Corte Suprema (n.d.), Liebeck presentó una demanda contra la cadena de comida rápida, alegando que el café era defectuoso y irrazonablemente peligroso y que McDonald’s fue negligente al servir café a una temperatura tan alta.
Como miembro del jurado, habría decidido por Liebeck. Los elementos de negligencia estaban presentes en este caso. En primer lugar, McDonald’s tenía el deber de servir el café de una manera que fuera segura para sus clientes. En segundo lugar, McDonald’s incumplió este deber al servir café excesivamente caliente y no ser apto para el consumo inmediato. En tercer lugar, Liebeck sufrió lesiones como consecuencia de este incumplimiento del deber. Finalmente, hubo una conexión causal directa entre la negligencia de McDonald’s y la lesión de Liebeck. Según la American Bar Association, “la negligencia es la falta de uso de un cuidado razonable que resulta en daño a otra parte”. (ABA, n.d.). En este caso, McDonald’s no tuvo un cuidado razonable al servir café excesivamente caliente y no era apto para el consumo inmediato. Este fracaso perjudicó a Liebeck, que sufrió quemaduras graves por el café. Además, McDonald’s era consciente del peligro que representaba servir café caliente, ya que había recibido numerosas quejas de clientes cuyo café se había quemado en el pasado. A pesar de este conocimiento, McDonald’s continuó sirviendo café a temperaturas excesivamente altas, lo que indica un desprecio imprudente por la seguridad de sus clientes.
En conclusión, después de considerar los hechos y las pruebas presentadas en el caso Liebeck v. McDonald’s, está claro que McDonald’s fue negligente en sus acciones. La alta temperatura del café, combinada con el conocimiento de la cadena de incidentes de quemaduras anteriores y su falta de acción, indican un desprecio por la seguridad de sus clientes. Como miembro del jurado, me habría puesto del lado de Liebeck y le habría otorgado daños y perjuicios para compensar sus lesiones y pérdidas. Esta decisión serviría como un mensaje a las empresas de que tienen la responsabilidad de tener un cuidado razonable en sus operaciones y proteger el bienestar de sus clientes.