Leyes antimonopolio: Alcance y aplicación en los Estados Unidos
Introducción
En los negocios, la competencia es un elemento crucial que presenta beneficios tanto para los consumidores como para las empresas. En estas circunstancias, las empresas pueden introducir nuevos desarrollos y adaptar sus productos y servicios a las necesidades de los consumidores. Los mercados con competencia imperfecta sufren de insuficiencia asignativa y excedente del consumidor, lo que tiene un impacto adverso en la sociedad. Este documento tiene como objetivo examinar las leyes antimonopolio en los Estados Unidos, identificar su propósito y proporcionar varios ejemplos de su aplicación.
Objetivos y alcance de las leyes anticonfianza
Las leyes antimonopolio en los EE.UU. regulan las conexiones entre las empresas en diferentes industrias. La Comisión Federal de Comercio afirma que el propósito de las leyes antimonopolio es garantizar que “hay fuertes incentivos para que las empresas operen de manera eficiente, mantengan bajos los precios y mantengan la calidad” (“Las Leyes Antimonopolio” par. 1). La primera ley con este propósito fue aprobada en 1890, y se tituló la Ley Sherman. Su objetivo principal era preservar la competencia justa en el país. Otra legislación que siguió la Ley Sherman incluye la Ley de la Comisión Federal de Comercio (FTC) y la Ley Clayton. Las tres legislaciones prohíben que las empresas formen cárteles, que son empresas que colaboran para impactar el precio de su producto en el mercado. En tales casos, estas organizaciones son capaces de maximizar sus ingresos. Otra forma de competencia desleal es el monopolio, que describe las condiciones en las que un fabricante actúa como único proveedor de un producto o servicio.
Sin embargo, cabe señalar que las leyes mencionadas anteriormente no se centran únicamente en los cárteles o monopolios. Un objetivo fundamental que guió su desarrollo es la fusión entre diferentes organizaciones o adquisiciones. Si bien en general, esta práctica no está prohibida, los acuerdos que pueden reducir significativamente la competencia en una industria específica son ilegales. Los tribunales tienen que revisar cada caso en particular para determinar si una fusión o adquisición se llevó a cabo correctamente, mientras que las empresas tienen que notificar al gobierno sobre acuerdos similares. Más específicamente, el alcance de la Ley de Clayton describe las prácticas en las que los individuos toman decisiones para compañías rivales como ilegales.
Finalmente, la Ley Robinson-Patman tiene como objetivo prohibir cambiar los precios de los productos para diferentes clientes. Por lo tanto, el alcance de esta legislación es cualquier fluctuación del costo que no esté justificada por las demandas del mercado (“Discriminación de precios: violaciones de Robinson-Patman”). El objetivo es garantizar que los vendedores, por ejemplo, los fabricantes, no alteren sus estrategias de precios para dañar a la competencia en la misma región geográfica.
Aplicaciones de las leyes
Un ejemplo de estas leyes que se utilizan para proteger la competencia en el mercado es el caso de AT&T. En la década de 1970, la cuestión de AT&T formando un monopolio y el uso de los beneficios de la misma para subsidiar sus redes fue llevado a los tribunales («Casos Antimonopolio Infames»). Cabe señalar que durante mucho tiempo AT&T fue la principal empresa de telecomunicaciones dentro de los EE.UU., lo que le proporcionó la posibilidad de interferir en el mercado.
El resultado de los procedimientos judiciales antimonopolio dirigidos a AT &T fue un requisito para separar la compañía en ocho subsidiarias. Se suponía que cada uno trabajaría en una región específica del país. Este caso ilustra la aplicación de las tres leyes antimonopolio mencionadas anteriormente porque AT &T fue acusado de alterar las condiciones del mercado para convertirse en el único proveedor de servicios de telecomunicaciones en el país, lo que viola la Ley Sherman y la FTC.
Recientemente, la legislación que prohíbe las fusiones ilegales se aplicó a las dos compañías en la industria de las aerolíneas. AMR Corp. tuvo que declararse en bancarrota en 2013, y como parte del proceso se vio obligada a vender su activo de la aerolínea, a American Airlines («Fusión de American Airlines y US Airways»). Esta acción habría dado lugar a la aparición de la mayor compañía aérea del país. En caso de que American Airlines tuviera éxito en la adquisición de AMR, la primera tendría suficiente presencia en el mercado para establecer precios que difieran de los de los competidores. Por lo tanto, las compañías de la industria aérea no podrían continuar sus operaciones, lo que conduciría a menos opciones para los pasajeros. Debido a estas razones, el caso fue investigado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
Cabe señalar que este caso específico es una ilustración de las dificultades en la aplicación de las leyes antimonopolio. Es debido al hecho de que las empresas a menudo se enfrentan a decisiones difíciles debido a los detalles del sistema legal que tiene como objetivo proteger la competencia. En este caso, las compañías recibieron la aprobación para una fusión y continuaron sus operaciones (“Fusión de American Airlines y US Airways”). Por lo tanto, el Departamento de Justicia no pudo probar que bajo las tres leyes descritas anteriormente, la AMR y American Airlines tenían como objetivo crear un monopolio.
Conclusión
En general, las leyes antimonopolio en los EE.UU. tienen el propósito de proteger tanto a las empresas como a los consumidores y la consiguiente competencia justa. Las leyes primarias que existen en el estado son la Ley Sherman, la Ley de la Comisión Federal de Comercio (FTC) y la Ley Clayton, que se centran en los cárteles, monopolios y fusiones injustas. La Ley Robinson-Patman enfatiza la discriminación de precios y garantiza que las empresas no bajen sus precios para perjudicar su finalización. Este documento también presenta dos casos importantes de aplicación de las leyes en cuestión.