¿El cuidado de la salud es un derecho o un privilegio?
A pesar de que todos los ciudadanos de los Estados Unidos tienen derechos constitucionalmente garantizados a la vida, la libertad y la seguridad, muchos de los que están enfermos o discapacitados no pueden disfrutar de estos derechos. Millones de estadounidenses no pueden pagar ni siquiera la atención médica básica, ya sea para sí mismos o para sus padres ancianos y niños pequeños (Jacobs & Skocpol, 2015). En estas condiciones, es casi imposible para ellos construir una carrera duradera, tener una familia o buscar la felicidad.
Parece razonable, como un enfoque para resolver estos problemas, hacer del cuidado de la salud un derecho humano. Sin embargo, muchos políticos (tanto libertarios como conservadores) creen que esta idea contradice el principio del libre mercado, ya que la mayoría de las personas reciben seguros a través de sus trabajos. Si todo el mundo tuviera derecho a recibir servicios de salud gratuitos, podría significar que nadie daría prioridad a encontrar un trabajo.
Por lo tanto, el sistema de salud de hoy no se basa ni en los derechos ni en los privilegios. La primera opción es imposible, ya que la atención médica está lejos de ser asequible para todos, mientras que la segunda es solo parcialmente cierta, ya que no depende del estado de una persona sino de la competencia profesional, lo que permite a una persona encontrar un trabajo que brinde garantías sociales y de atención médica.
El papel del gobierno en la atención de la salud: la ACA
El gobierno produce un impacto directo en la atención médica, ya que decide qué políticas y regulaciones guiarán la prestación de atención en varias instituciones médicas. Aún así, se están llevando a cabo discusiones sobre las funciones particulares que el gobierno debe desempeñar en relación con la atención médica. Diez roles principales son típicamente citados (Jacobs & Skocpol, 2015):
- comprar atención médica;
- proporcionar atención médica;
- garantizar el acceso a la atención a toda la población;
- controlar los mercados de atención de la salud;
- fomentar la adquisición de conocimiento;
- desarrollar tecnologías de atención médica y nuevas prácticas médicas;
- garantizar el cumplimiento de las normas de calidad;
- informar a los responsables de la toma de decisiones;
- desarrollar la fuerza laboral;
- convocar a todas las partes interesadas involucradas en la prestación de servicios de salud.
La Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA), introducida el 23 de marzo de 2010, tenía como objetivo proporcionar acceso a la atención médica a los ciudadanos que no tenían cobertura de seguro debido a su bajo nivel de ingresos. Con la firma de la ley por parte del presidente, el papel de la salud pública ha alcanzado un significado sin precedentes, ya que ha provocado cambios drásticos en todos los aspectos, incluidos los servicios, la calidad, la financiación y la tecnología (Sommers, Buchmueller, Decker, Carey, & Kronick, 2013).
Además de permitir que el gobierno mejore el acceso a los servicios de atención médica mediante la ampliación de las opciones de seguro, la ley también brindó a muchas más personas la oportunidad de someterse a exámenes relacionados con la salud y utilizar servicios preventivos gratuitos que incluyen vacunas, medición de la presión arterial, examen de cáncer, etc. (Antwi, Moriya, & Simon, 2015).
Cuestiones éticas que afectan la prestación de atención médica
El artículo seleccionado para el análisis se refiere a los problemas actuales en la atención de la salud, incluidos los problemas éticos, entre otros. A pesar de que la reforma de la atención de la salud en los Estados Unidos inicialmente tenía como objetivo proporcionar una cobertura más amplia, el sistema está lejos de ser completamente universalizado. Dado que los recursos son escasos, los inmigrantes ilegales no pueden ser acomodados adecuadamente. Esto crea un dilema ético: las unidades de atención médica se ven obligadas a elegir entre proporcionar acceso universal a sus servicios o priorizar a los ciudadanos e inmigrantes legales. Negar el acceso a los inmigrantes ilegales significaría fomentar la propagación de enfermedades. Al mismo tiempo, permitiría ahorrar fondos que se pueden asignar para la prevención (Johansen, 2017).
Además, el artículo aumentó mi comprensión de la influencia del debate ético en cuestiones de privacidad. Dado que la popularidad de las innovaciones tecnológicas en el cuidado de la salud está en aumento, ahora es más fácil compartir fotos y videos de pacientes con aquellos que no están involucrados en el proceso de tratamiento, una práctica que no es ética (Johansen, 2017). Por lo tanto, se requieren reformas para que las unidades de atención médica puedan eliminar las prácticas poco éticas.