Delincuencia Juvenil e Influencia Parental

Introducción

La delincuencia juvenil es un problema social urgente que afecta a numerosas familias. Aunque los niños no tienen la edad suficiente para ser objeto de persecución penal a gran escala, el daño causado a la sociedad requiere la entrega de la justicia adecuada. A pesar de que los delitos y ofensas son cometidos por niños y adolescentes, siempre se presta atención a sus padres. Las familias son el primer entorno social en el que los niños aprenden a interactuar con otras personas. Por lo tanto, la forma en que los padres los guían inevitablemente influirá en la forma en que se comunican con la sociedad en general. Incluso si los padres no pueden ser considerados responsables de cada acción injusta que hacen sus hijos, su capacidad para afectar a los miembros más jóvenes de la familia acentúa su papel en la educación. En general, la relación entre la influencia de los padres y la delincuencia juvenil tiene cuatro dimensiones: histórica, económica, social y de control.

Historia de la delincuencia familiar

En primer lugar, los registros de delitos de los padres tienen un impacto directo en el comportamiento de los niños. Las estadísticas muestran que es probable que las familias que tienen el hábito de violar la ley también tengan hijos que estén dispuestos a perpetrar (Taylor & Fritsch, 2020, p. 65). Independientemente de la connotación de la relación entre padres e hijos, este último está inevitablemente influenciado por el comportamiento del primero. Besemer et al. atribuyen este fenómeno a la teoría del aprendizaje social. Ya sea consciente o no, los niños son extremadamente conscientes de su entorno. Cualquier observación de los comportamientos de otras personas y especialmente de los miembros de la familia se transforma posteriormente en su propio modus operandi.

La noción más sorprendente es que los niños en realidad pueden ser contrarios a la idea de que sus padres violen la ley. Sin embargo, en la vida futura, ellos mismos pueden llegar a las mismas conclusiones que sus padres. No es específico para la intención criminal, ya que otras actividades como el consumo de drogas y alcohol pueden ser intentadas por los niños. Cabe señalar que no existe un consenso científico sobre por qué un registro de delitos de los padres aumenta la probabilidad de delincuencia juvenil. Besemer et al. etiquetar este fenómeno como la transmisión intergeneracional de la conducta delictiva, pero admiten que “se sabe poco acerca de los efectos causales de la delincuencia de los padres en el comportamiento de los niños” (p. 177). En esencia, su existencia ha sido probada estadísticamente, pero las relaciones causales siguen sin estar claras.

Estructura Familiar

Otro aspecto que se sospecha que precipita la delincuencia juvenil es una organización de familias. Las circunstancias legales y sociales pueden complicar la definición de las familias. Con el propósito de clarificar, Piang et al. los define como “un grupo a largo plazo de dos o más personas relacionadas a través de lazos biológicos, legales o equivalentes y que promulgan esos lazos a través de la interacción continua” (p. 171). Debe ser evidente que esta definición prioriza a los padres como los miembros más influyentes de la familia, excluyendo a los hermanos menores. Las estructuras familiares son diversas, sin embargo, el consenso general es que una familia completamente intacta consiste en padres biológicos que viven con sus hijos (Piang et al., 2017). Posteriormente, cualquier otro tipo de organización familiar se considera disfuncional.

La razón por la cual el tipo de estructura familiar es importante radica en las correlaciones estadísticas. Numerosos estudios han encontrado que “los adolescentes en familias intactas o con dos padres biológicos cometieron el menor número de tipos de comportamiento antisocial” (Piang et al., 2017, p. 171). Las familias que tienen uno de los padres desaparecidos son disfuncionales debido a la presión sobre un adulto que no se comparte con una pareja. Por ejemplo, una madre soltera experimenta problemas financieros y carece de apoyo emocional que no se proporciona debido a la ausencia de la pareja. Incapaz de controlar todos los aspectos de la vida del niño, el padre restante es más susceptible a errores y fallas en la educación.

Dado que es el caso de la transmisión intergeneracional de la conducta delictiva, no hay acuerdo sobre por qué la estructura familiar causa delincuencia. Además, algunos investigadores creen que las estadísticas no prueban realmente la existencia de tal correlación. Por ejemplo, Piang et al. realizó un estudio que determinó que la mayoría de los adolescentes sin antecedentes penales son de familias intactas. Sin embargo, la misma investigación también ha demostrado que el mismo grupo demográfico también ha producido una proporción sustancial de delincuentes. Por lo tanto, crecer en una estructura familiar clásica no protege a los niños de la intención criminal. En cambio, el enfoque debe centrarse en la calidad de las relaciones dentro de la familia.

Estilo de crianza

La calidad de las relaciones en la familia está determinada por varios factores. Uno de esos factores que tiene una influencia importante es la supervisión de los padres. Incluso si hay dos padres casados, ninguno de los cuales tiene un historial de divorcio, todavía existe la posibilidad de que su hijo pueda participar en una conducta ilegal. En este caso, la falta de control sobre las actividades de la descendencia puede hacer que se perpetúen. Con el propósito de aclarar, se pueden identificar los dos estilos parentales más comunes.

La primera es la crianza autorizada, que presupone un control estricto sobre las actividades de los niños. Este estilo requiere que los padres intervengan constantemente en la vida de sus hijos. La libertad de realizar cualquier actividad está limitada por la visión de los padres de la idoneidad de ciertos comportamientos. A pesar de que tal estilo puede parecer demasiado estricto, estadísticamente, es más probable que disuada a los niños de perpetrar (Xiong & Xia, 2020). En el otro lado del espectro está el estilo parental menos controlador, que permite a los niños participar en sus actividades preferidas. Una vez más, las estadísticas demuestran que tal enfoque es un factor de riesgo para la delincuencia juvenil (Besemer et al., 2017). Sin embargo, hay una explicación de por qué el control insuficiente sobre los niños precipita la intención criminal. La inmadurez impide que los niños limiten la comunicación con otros delincuentes y los hace vulnerables a la presión de los compañeros. En esencia, la ausencia de los padres permite que los niños interactúen con los delincuentes, lo que hace que se perpetúen.

Una de las facetas más importantes de las relaciones entre padres e hijos es el uso de la violencia. Es un término general que abarca varias formas de castigo. Manzoni & Schwarzenegger hace referencia a cuatro formas de violencia que pueden precipitar la delincuencia juvenil: física, psicológica, sexual y negligencia. Las acciones físicas violentas están relacionadas con la imposición del dolor que se siente en el cuerpo, como quemarse o ser golpeado. La violencia sexual se refiere a la participación de niños en actividades sexuales involuntarias. La violencia psicológica puede tomar la forma de una intención deliberada de asustar o intimidar a una persona. El descuido es la forma más sutil, ya que puede no causar sentimientos inmediatos de dolor o incomodidad. Sin embargo, también pueden ser extremadamente dañinos, ya que los ejemplos incluyen “un suministro insuficiente de alimentos, ropa, espacio para vivir o atención médica para los niños” (Manzoni & Schwarzenegger, 2019, p. 226). La presencia de cualquiera de estas formas de maltrato infantil es el factor de riesgo para la delincuencia juvenil.

Esta correlación está comprobada por los datos estadísticos de los antecedentes penales de menores. El estudio realizado por Manzoni y Schwarzenegger ha determinado que “los jóvenes que denunciaban malos tratos en sus vidas tenían aproximadamente tres veces más probabilidades (OR de 2,8) de utilizar la violencia en comparación con los jóvenes sin antecedentes de malos tratos” (pág. 235). Una vez más, la teoría del aprendizaje social proporciona la explicación de que los niños aprenden inconscientemente de su entorno y usan sus observaciones en la práctica en la vida posterior.

Situación económica

El estado de ingresos de la familia también es un factor de riesgo potencial. Los recursos financieros de los padres están directamente relacionados con la educación de los niños. Después de todo, los padres tienen que proporcionar a los niños comida, ropa y vida. Sin embargo, a medida que la situación económica empeora, la probabilidad de desarrollo negativo aumenta. La investigación de Moitra et al. ha encontrado que “los padres económicamente angustiados son más propensos a mostrar menos afecto mientras disciplinan a sus hijos” (p. 339). Sin embargo, el déficit de alimentos también puede hacer que las personas roben y usen otros medios ilegales para obtener recursos, lo que es observado inmediatamente por los niños.

Conclusión

En conjunto, debería ser evidente que la relación entre la influencia de los padres y la delincuencia juvenil es multifacética. La mayoría de los supuestos se basan en correlaciones estadísticas que pueden o no probar una relación causal. En primer lugar, los hijos de padres criminales son más propensos a ofender que aquellos cuyos padres no tienen antecedentes penales. En segundo lugar, crecer en una familia disfuncional hace que los niños sean más propensos a la delincuencia. En tercer lugar, la falta de control parental puede llevar a los niños a perpetrar debido a la presión de los compañeros sin restricciones. En cuarto lugar, la baja situación económica de las familias también es un factor de riesgo, ya que los padres están menos interesados en controlar a sus hijos. Sin embargo, todas estas explicaciones se basan principalmente en estadísticas y no son universales, ya que hay niños que no se perpetran a pesar de la presencia de varios factores de riesgo.

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Reference

LawBirdie. (2024, April 19). Delincuencia Juvenil e Influencia Parental. https://lawbirdie.com/es/delincuencia-juvenil-e-influencia-parental/

Work Cited

"Delincuencia Juvenil e Influencia Parental." LawBirdie, 19 Apr. 2024, lawbirdie.com/es/delincuencia-juvenil-e-influencia-parental/.

References

LawBirdie. (2024) 'Delincuencia Juvenil e Influencia Parental'. 19 April.

References

LawBirdie. 2024. "Delincuencia Juvenil e Influencia Parental." April 19, 2024. https://lawbirdie.com/es/delincuencia-juvenil-e-influencia-parental/.

1. LawBirdie. "Delincuencia Juvenil e Influencia Parental." April 19, 2024. https://lawbirdie.com/es/delincuencia-juvenil-e-influencia-parental/.


Bibliography


LawBirdie. "Delincuencia Juvenil e Influencia Parental." April 19, 2024. https://lawbirdie.com/es/delincuencia-juvenil-e-influencia-parental/.