La violencia con armas de fuego como preocupación mundial por los derechos humanos
El tema de la violencia armada tiene un impacto negativo en la salud, el bienestar y el progreso de las personas, y este trauma perpetúa las disparidades socioeconómicas y de salud subyacentes, lo que resulta en dificultades sustanciales para las personas y su vida diaria. Por lo tanto, el tema en particular fue seleccionado debido a su relevancia y una esencia que se puede conectar tanto con los deberes de las autoridades gubernamentales que tienen que lidiar con las consecuencias y los civiles. Estados Unidos tiene un grave problema de violencia armada, y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades informan que más de 240,000 estadounidenses han sido asesinados con armas en las dos décadas anteriores (Wu, 2020). Desde 1999, aproximadamente 12,000 estadounidenses han sido asesinados cada año, una tasa 25 veces mayor que la de naciones comparables de altos ingresos (Wu, 2020). En cuanto a la principal declaración del problema, la violencia con armas de fuego es una preocupación mundial actual en materia de derechos humanos, y representa un peligro para uno de los derechos humanos más básicos, la seguridad de las personas y el derecho a la vida.
Las personas son más o menos propensas a utilizar un arma contra sí mismas o contra otros debido a un conjunto complicado y cambiante de riesgos y variables atenuantes. Como resultado, ningún perfil puede predecir con precisión quién cometería un acto violento con un arma. Por lo tanto, la violencia armada está vinculada a muchas variables de riesgo personales, parentales, escolares, de pares, vecinales y sociales que fluctúan con el tiempo durante la primera infancia y la adolescencia (Rosenberg, 2021). Las intervenciones preventivas basadas en estudios de riesgo del desarrollo pueden ayudar a disminuir la posibilidad de que las armas se utilicen en disputas sociales y familiares o conductas ilegales. Además, las medidas de prevención pueden ayudar a minimizar los casos relativamente poco comunes en los que las enfermedades mentales graves conducen a la muerte o los casos más regulares en los que la ansiedad u otras enfermedades mentales conducen al suicidio (Gondi et al., 2019). Por lo tanto, el propósito de las técnicas más amplias de prevención e intervención directa e indirecta es reducir la incidencia de la violencia armada como resultado de la mala conducta criminal o el suicidio.