Firma criminal y modus operandi
Muchos de nosotros probablemente hemos encontrado los términos «firma criminal» y «modus operandi» en las noticias o historias de detectives. Pocas personas saben, sin embargo, que los dos términos no son idénticos. Aunque ambos términos describen actos criminales, cada uno tiene sus características distintivas. Cada crimen tiene su forma distintiva de actuar y las características del criminal que lo cometió (Chaze, 2011). Esta distinción es utilizada por la policía al analizar a los delincuentes en las investigaciones para comprender cómo se comportan y qué los motiva. Estos conceptos son ampliamente utilizados en criminología y análisis modernos, especialmente cuando se investigan asesinos en serie y violadores.
El modus operandi es una práctica utilizada regularmente por los delincuentes durante un acto criminal. Cada criminal tiene un modus operandi individual expresado a través de hábitos, técnicas y patrones de comportamiento individuales. Tales patrones pueden permanecer sin cambios o modificarse con el tiempo, dependiendo del desarrollo de las habilidades del delincuente (Chaze, 2011). En tales situaciones, el análisis forense es el principal apoyo para que los investigadores identifiquen las características del delincuente. A través de la búsqueda de evidencia física, se hace posible establecer las peculiaridades del comportamiento del delincuente para cada caso. Por ejemplo, con la ayuda de pruebas forenses, es posible establecer la hora del día, que generalmente elige al delincuente potencial. La escritura a mano se refiere a identificar rasgos específicos que satisfagan las necesidades psicológicas y emocionales del sospechoso (Chaze, 2011). Al igual que en el modus operandi, este método no puede prescindir de la experiencia para obtener información valiosa. Por ejemplo, durante una búsqueda, los investigadores pueden descubrir una nota u objeto que se convertirá en un objeto esencial de análisis experto.
Los conceptos de «modus operandi» y «escritura criminal» son esenciales en las investigaciones criminales. Son herramientas valiosas para comprender a los delincuentes y su modus operandi y para relacionar los incidentes individuales entre sí. Estos dos tipos de análisis son ampliamente utilizados en casos de violadores en serie, ladrones y asesinos. Al entender al perpetrador, la policía puede predecir su próximo movimiento y prevenir más crímenes. Cualquiera que sea el signo, si los investigadores lo reconocen como un signo, puede conducir a un perfil preciso del delincuente y conducir a su arresto.