Trata de mujeres con fines de explotación sexual en México
Introducción
La victimización es el proceso de adquirir el victimismo, o, en otras palabras, el procedimiento de convertir a una persona en una víctima y sus consecuencias. Uno de los ejemplos vívidos de este tipo de “transformación” y victimización, en general, es la trata de personas para explotar la prostitución y proporcionar servicios privados fuera de la voluntad y el deseo de las propias víctimas. Por ejemplo, México es un lugar ideal para el comercio de mujeres, donde florecen diversas formas de esclavitud sexual. La trata de mujeres de todas las edades para su explotación sexual es un problema muy grave para México y el mundo.
Información general
Los orígenes de esta victimización
El desarrollo del comercio sexual en México se originó aproximadamente desde el comienzo de las guerras civiles en el estado estadounidense, cuando la pobreza, la devastación y la conciencia y el comportamiento anárquicos prevalecieron en todas partes. Muchas mujeres y niños fueron víctimas de violencia sexual y malos tratos durante este período. Avergonzados por las comunidades y familias de las víctimas, se vieron obligados a abandonar las tierras nativas y emigrar a México. Son precisamente estos fenómenos y procesos internos y externos los que han llevado a la trata generalizada de personas con fines de explotación sexual en las regiones de México. De todos modos, alguien cayó en la esclavitud contra la voluntad y alguien completamente por casualidad.
Estadísticas y definiciones
México es uno de los países donde la trata de personas está más desarrollada. Como muestra la práctica, los dueños de esclavos usan mujeres y niños para la prostitución, mientras que los hombres, en general, realizan trabajos forzados. Basándose en las estadísticas, más de 4.000 personas se han convertido en víctimas de la esclavitud en los últimos cinco años en México, donde más de la mitad de ellas son mujeres (Departamento de Estado de los Estados Unidos, 2020). En consecuencia, aproximadamente 2.000 mujeres y niñas fueron explotadas sexualmente durante este período. Además, en 2020, las autoridades abrieron al menos 130 investigaciones federales y más de 500 investigaciones a nivel regional sobre el número de delitos victimizados (Departamento de Estado de los Estados Unidos, 2020). Dadas las cifras tan significativas, la trata de mujeres en México sigue siendo un problema grave y actual hasta el día de hoy.
La evolución de esta victimización
México es un país único cuya ubicación geográfica lo ha convertido en un lugar ideal para el comercio de bienes vivos. A finales del siglo XX, las chicas jóvenes y las mujeres maduras se mudaron al “país de tránsito” en busca de una vida mejor, pero solo unas pocas lograron lo que querían. En el contexto de eventos adversos, nació el comercio sexual, que continúa aumentando su influencia en todo el distrito de México.
Respuesta social, cultural y legal al problema
Contrario a algunos fracasos, el gobierno sigue sin rendirse. Se esfuerza por erradicar el problema actual, por ejemplo, mediante la emisión de una ley de lucha contra la trata de personas en 2012 (Tyburczy, 2019). A las víctimas de violencia sexual y crueldad se les ofrece refugio y varios tipos de apoyo y asistencia social. Por otro lado, los inmigrantes en México que están sujetos a la esclavitud son una especie de bendición y maldición al mismo tiempo, que tiene aspectos culturales y sociales (Still, 2017). Las realidades modernas demuestran varios hechos y evidencias sobre la actitud indiferente y apática de los “ciudadanos libres” en la lucha contra el problema de la venta de mujeres a la esclavitud sexual en México (Still, 2017). En realidad, la principal fuente de problemas en México es la venta y distribución de drogas, mientras que el tema de la esclavitud sexual está relegado a un segundo plano.
Alcance y consecuencias de la victimización
Esta victimización comienza con niñas que aún no han alcanzado la pubertad, así como con mujeres maduras que tienen algún tipo de “experiencia”. Tal victimización afecta a las personas a nivel individual, social y global de las siguientes maneras. Según la investigación, la esclavitud sexual perjudica la salud mental y física de las víctimas a nivel individual (Acharya & Sánchez, 2018). Como regla general, después del contacto sexual repetido con diferentes “clientes”, las mujeres y las niñas son susceptibles a la infección con enfermedades tan peligrosas como el VIH y el SIDA (Acharya & Sánchez, 2018). Las víctimas a menudo sienten odio por su persona, sufriendo de depresión y tendencias suicidas (Acharya & Sánchez, 2018). Además, para “amortiguar” el dolor y el sufrimiento interno, las niñas usan opioides, narcóticos y bebidas alcohólicas.
Sin lugar a dudas, la trata de personas como forma de victimización tiene un impacto devastador en las personas en mayor medida. Sin embargo, este problema puede socavar la seguridad dentro de México, cambiar la cultura y la actitud hacia las mujeres en general. El tráfico de “bienes humanos” en México es, de hecho, un crimen transnacional, similar al tráfico internacional de drogas y el tráfico ilegal de armas. El impacto de este crimen es difícil de sobreestimar si uno no trata de deshacerse de él para siempre. Los nuevos procesos de victimización requerirán nuevos costos materiales, implicarán un mayor debilitamiento de la moralidad y un deterioro del estado psicológico de la población en todo el mundo.
Las similitudes y diferencias de esta victimización entre las sociedades se encuentran en los siguientes aspectos. El concepto de trata de mujeres con fines de explotación sexual en México se expresa en un contexto similar, por ejemplo, con varios estados de América. Estados Unidos, ya que se encuentra en la frontera con México, también es reconocido como uno de los peores países en el marco de la trata de personas con fines de explotación sexual. Está demostrado que hay más de 200 mil incidentes cada año (Estadísticas de trata de personas por estado 2021, 2021). Al mismo tiempo, las mujeres, especialmente los inmigrantes, tienen una gran demanda en Estados Unidos, a diferencia de los hombres. (Estadísticas de trata de personas por estado 2021, 2021). Sin embargo, la diferencia es que hay significativamente más víctimas de esclavitud sexual y el número de inmigrantes en comparación con México.
Esta victimización en México está rodeada de los siguientes problemas sociales y culturales. La desigualdad social y económica, la pobreza, la falta de educación y de oportunidades de empleo entre una determinada categoría de ciudadanos, la consolidación de las ideas culturales sobre la mujer son los problemas más críticos que afectan al desarrollo de la esclavitud sexual entre las mujeres. Además, la inestabilidad política en el país, la falta de planes claros y la debida atención a este problema por parte del Gobierno provocan un número aún más significativo de víctimas.
Sugerencias sobre cómo se puede remediar esta victimización
En realidad, las víctimas de la explotación sexual en México reciben asistencia y apoyo moral, social y legal tanto del Gobierno como de algunos ciudadanos que no son indiferentes a los problemas de otras personas. El Gobierno de México lucha por el orden y la igualdad dentro del Estado mediante la introducción de leyes, la creación de refugios especiales y la asignación de fondos para ayudar a los que sufren (Acharya, 2017). Los estudios demuestran que las medidas actuales para minimizar y eliminar el problema de la esclavitud sexual son insuficientes (Tyburczy, 2019). Esto se debe a la presencia de obstáculos como la inestabilidad política, cultural y social dentro de México, la falta de fondos adecuados y la capacitación competente del personal que ayuda a las víctimas de victimización (Acharya, 2017). No hay duda de que la trata de mujeres con fines de explotación sexual es un delito grave que viola los derechos de una persona. Por lo tanto, las víctimas de la violencia necesitan mejor ayuda y protección de la que tienen. Por lo tanto, no solo el Gobierno, sino también la familia, los familiares, los amigos de las víctimas y los potenciales, y la sociedad en su conjunto deben continuar luchando contra este tipo de injusticia y desigualdad.
Los países de todo el mundo, el Gobierno de México y sus residentes, deben ser responsables de garantizar la justicia dentro del país, apoyar a las víctimas y reducir el daño. Definitivamente, la explotación de las mujeres es un delito grave, un crimen global y una desgracia para la nación, que debe ser erradicada de una vez por todas. El mal no debe cometerse en condiciones de impunidad y permisividad. Por lo tanto, las organizaciones internacionales y el Gobierno tienen la obligación de fortalecer las medidas y exhortar al público a que intensifique los esfuerzos para eliminar las causas fundamentales de la victimización y procurar la liberación de todas las mujeres esclavizadas. Por ejemplo, el aumento de la financiación, el apoyo a los inmigrantes, la atención de los trabajadores sociales a las víctimas y la rápida respuesta de los agentes del orden para identificar a las víctimas y los delincuentes ayudarán a suavizar los graves problemas actuales.
Sin lugar a dudas, las consecuencias de la introducción de estas decisiones son difíciles de predecir con precisión. De hecho, este fenómeno pasa a la sombra cada vez, adquiriendo formas más sofisticadas y adaptándose a la legislación y a los cambios de la opinión pública. No basta con llevar a cabo operaciones para destruir grupos e interceptar envíos de “bienes vivos”. En las realidades modernas, el arma más importante para combatir la explotación de las mujeres es transmitir a la gente la idea de que las mujeres no son un “bonus” y no el tema de un trato.
Conclusión
Resumiendo, la trata de mujeres en México, como una forma de victimización, es esclavitud moderna y una violación de los derechos humanos. Es un crimen contra el individuo, el Estado y el mundo entero. En realidad, la esclavitud sexual en México es un fenómeno común y familiar arraigado a nivel nacional, social y cultural. El gobierno, algunas organizaciones e individuos están tratando de erradicar tales fallas dentro del país, pero hasta ahora, los intentos son inútiles y sin esperanza. Si la gente no toma medidas significativas hoy, el mercado para la venta de “bienes vivos” pronto se desarrollará y florecerá. Posteriormente, esto puede provocar daños significativos a las personas y a la institución de la familia. Este problema puede socavar las normas morales y sociales y los fundamentos de la sociedad no sólo dentro del Estado, sino también en todo el mundo.