Teoría del aprendizaje social y su aplicación en la criminología
La Teoría del Aprendizaje Social es uno de los modelos teóricos clave que explican cómo las personas se involucran en la comisión de delitos. Para establecer claramente que esta teoría es útil para explicar la participación de las personas en los crímenes, es necesario referirse a la evaluación de la teoría con la ayuda de los siguientes criterios propuestos por Akers, Sellers y Jennings: consistencia lógica, alcance, parsimonia, testabilidad, validez empírica, utilidad e implicaciones políticas. Por lo tanto, la evaluación de la Teoría del Aprendizaje Social con referencia a estos criterios indica que es útil aplicarla en el campo de la criminología para explicar cómo los individuos se involucran en actividades delictivas.
En primer lugar, la Teoría del Aprendizaje Social se caracteriza por la consistencia lógica porque sus proposiciones están claramente conectadas, y las conclusiones clave se hacen con referencia a conceptos tales como asociación diferencial, definiciones, refuerzo diferencial e imitación sin contradecirse entre sí (Akers et al., 2016). En segundo lugar, la teoría es amplia en su alcance porque puede explicar cualquier crimen sin depender de su tipo. La Teoría del Aprendizaje Social describe cómo puede desarrollarse cualquier comportamiento criminal en general (Vito & Maahs, 2017). Al centrarse en la parsimonia, es posible afirmar que la teoría es parsimoniosa porque opera un número limitado de proposiciones asociadas con el desarrollo del comportamiento criminal para explicarlo con referencia solo a la asociación diferencial, las definiciones, el refuerzo diferencial y la imitación.
La capacidad de prueba de la teoría del aprendizaje social se demuestra por la ausencia de tautología en las proposiciones utilizadas. Además, esta teoría se puede ver como teniendo la validez empírica alta ya que es probada por el número de estudios que apoyan sus proposiciones y declaraciones. Los hallazgos presentados en estudios sobre el comportamiento criminal y la motivación de las personas para participar en actividades delictivas proporcionan un fuerte apoyo y evidencia para afirmar que esta teoría es válida (Akers et al., 2016; Vito & Maahs, 2017). La razón es que cada año aparecen muchos estudios que prueban el uso de la Teoría del Aprendizaje Social en el campo de la criminología (Vito & Maahs, 2017). Los estudios demuestran la relación entre los conceptos y variables de aprendizaje social y el desarrollo del comportamiento criminal de las personas.
También es importante tener en cuenta que la Teoría del Aprendizaje Social se caracteriza por ser altamente útil y proporcionar implicaciones para la práctica y la política. Actualmente, la teoría se utiliza no solo para explicar por qué las personas cometen delitos, sino también para dar detalles sobre cómo prevenir el aumento en el número de delitos y controlar las tasas asociadas (Akers et al., 2016; Vito & Maahs, 2017). Por lo tanto, en referencia a la teoría, las autoridades trabajan para reducir la exposición de las personas a delitos o comportamientos desviados.
Las teorías criminológicas son importantes para ayudar a los profesionales a comprender la naturaleza de un crimen, así como sus causas con referencia a los comportamientos e intenciones de los delincuentes. En este contexto, la Teoría del Aprendizaje Social es uno de los modelos teóricos más efectivos que se pueden aplicar al campo de la criminología. La teoría se basa en proposiciones lógicamente conectadas y consistentes que no son tautológicas en su naturaleza. Como resultado, la teoría puede explicar una amplia gama de problemas y procesos. Además, las conclusiones basadas en esta teoría son vistas como válidas y confiables, ya que están respaldadas por muchos estudios criminológicos. Por lo tanto, estas conclusiones se pueden aplicar a la práctica con el fin de desarrollar programas de control y prevención del delito.