Encarcelamiento de los padres, hijos adoptivos y delincuencia
En la mayoría de los casos, la familia es la primera institución a la que está expuesto un niño pequeño, y el comportamiento de los padres y cuidadores juega un papel importante en la formación de la personalidad y los patrones de comportamiento del niño. Por lo tanto, se puede establecer un vínculo entre el comportamiento criminal de los padres y el riesgo de delincuencia entre los niños (Bates & Swan, 2019). Primero, las estadísticas muestran que los hogares con padres encarcelados o involucrados en actividades delictivas tienen un mayor riesgo de violencia doméstica y problemas financieros (Bates & Swan, 2019). Además, eventos como uno o dos padres que van a la cárcel afectan gravemente el bienestar mental y la posición social del niño (Bates & Swan, 2019). Como resultado, el encarcelamiento de los padres puede ejercer presión adicional sobre el niño y formar comportamientos desadaptativos, lo que aumenta el riesgo de participar en actividades delictivas o comportarse mal. Aquí, es vital tener en cuenta factores tales como la relación entre los padres y el niño, la causa del encarcelamiento y el sistema de apoyo del niño.
Si las personas jóvenes no tienen padres o cuidadores que puedan mantenerlos, pueden ser enviados a un hogar de crianza. Por ejemplo, un niño puede ingresar al sistema de cuidado de crianza si ambos padres están encarcelados y otros parientes no existen o no pueden cuidar a los niños (Bates & Swan, 2019). El joven se coloca en un nuevo entorno que carece del mismo nivel de atención y cuidado que un hogar pequeño puede proporcionar. Los hogares de acogida tienen niños de diferentes orígenes que experimentan mucha angustia mental. La ausencia de una figura parental positiva y nuevas normas sociales dentro del sistema influyen en los niños y pueden conducir a mayores riesgos de delincuencia (Bates & Swan, 2019). Además, como los hogares de acogida pueden no proporcionar al niño educación u otras necesidades básicas, las personas jóvenes se exponen a peligros adicionales de desarrollar conductas delictivas (Bates & Swan, 2019). En general, la combinación de encarcelamiento de los padres y el fomento aumenta el estrés mental de un niño, y tales personas requieren atención adicional.