Desafíos del uso de drogas en el sistema de justicia penal
Introducción
El sistema de justicia penal está compuesto por varias instituciones, el poder judicial y la policía, que garantizan que el uso indebido de drogas se reduzca y se castigue. El aumento de la tolerancia, la corrupción y los mecanismos ineficaces son los principales desafíos a los que se enfrentan los esfuerzos del sistema de justicia penal para frenar el consumo de drogas y sustancias. Sin embargo, el sistema puede aprovechar la tecnología avanzada y el Congreso experimentado para combatir la amenaza. Este ensayo explorará cómo las teorías de etiquetado y tensión se pueden utilizar para examinar por qué las personas están involucradas en las drogas y sus delitos relacionados. El uso indebido de drogas entorpece el desarrollo socioeconómico y exige que el sistema de justicia penal combata los problemas con que tropieza al frenar el uso indebido de drogas aprovechando las oportunidades disponibles.
Sistema de justicia penal y uso de drogas
El desarrollo socioeconómico se basa en la eficacia del sistema de justicia penal. El sistema de justicia penal desempeña un papel crucial en la lucha contra el uso indebido de drogas ilegales y los delitos conexos. La policía está involucrada en la investigación de delitos relacionados con las drogas y la consiguiente detención de los culpables (Turlubekova, 2022). Mientras tanto, los tribunales acusan a los criminales arrestados en función de las pruebas presentadas ante ellos (Huebner & Giuffre, 2022). Además, los tribunales, a través de precedentes, pueden ayudar a determinar el destino de futuros casos relacionados con drogas. Las multas y el encarcelamiento son las formas más comunes de castigo contra los narcotraficantes (Webster et al., 2022). Las prisiones, y las instituciones correctivas, están involucradas en la ejecución de castigos según lo indiquen los tribunales. Por lo tanto, los tres sistemas deben trabajar mano a mano para combatir eficazmente el uso de drogas en los Estados Unidos.
El enfoque teórico para frenar el uso de drogas
La teoría de la cepa
La teoría de la tensión estructural de Robert K. Merton se puede utilizar para explicar cómo las presiones sociales pueden forzar a los individuos a la delincuencia. Según Robert K. Merton, existe un desequilibrio entre los objetivos culturales y los medios institucionalizados (Mobley & Taasoobshirazi, 2022). El desequilibrio, la anomia, causa tensión entre los objetivos sociales y los medios que producen aspiraciones insatisfechas. Por lo tanto, las tensiones o factores estresantes aumentan la probabilidad de delincuencia y comportamientos desviados (Oh & Connolly, 2022). Algunas de las cepas identificadas incluyen pobreza, negligencia, pérdida de empleos y victimización criminal. Las cepas como el rechazo familiar pueden obligar a las personas a abusar de las drogas. Por ejemplo, se estima que solo el 44% de los afroamericanos, la mayoría de los usuarios de drogas, tienen un padre en casa, mientras que el resto son rechazados (Krumholz, 2019). Es crucial frenar las presiones sociales que exacerban el abuso de drogas y sustancias.
Teoría del etiquetado
Los conceptos de profecía autocumplida y estereotipos pueden explicar la indulgencia en el uso de drogas a través de la teoría del etiquetado. La teoría del etiquetado fue desarrollada por varios sociólogos, incluidos George Herbert Mead, Thomas Scheff y Frank Tannenbaum, entre otros (Smith et al., 2022). Los teóricos propusieron que la identidad propia y el comportamiento desviado pueden verse influenciados por los términos utilizados para describir y clasificar a los individuos en una sociedad (Heitkamp et al., 2022). Por lo tanto, las personas que son etiquetadas como criminales tienden a participar en el crimen.
A través de una auto-realización, una expectativa originalmente falsa puede conducir a su confirmación. Mientras tanto, los estereotipos implican la idea simplificada de un determinado grupo social. Por ejemplo, el uso de una palabra como “drogadictos”, “adictos” y “drogodependientes” influye en el consumo de sustancias y la adicción entre los individuos (Kopf & Mowen, 2022, p. 342). En consecuencia, se estima que el 6,9% de los afroamericanos tienen trastornos por consumo de sustancias en comparación con el 7,4% de la tasa general de la población de los Estados Unidos (Kaliszewski, 2020). El sistema de justicia penal puede adoptar enfoques que criminalizan y censuran el uso de palabras que pueden aumentar la adicción entre un grupo social determinado.
Necesidad de frenar el abuso de sustancias
Los efectos del consumo de drogas
El abuso de drogas está asociado con problemas sociales, económicos y políticos en un país determinado. Los efectos del abuso de drogas se pueden describir desde dos dimensiones: impacto en las víctimas y en la sociedad en general (Salas-Wrighte et al., 2016). Los impactos en las víctimas involucran a aquellos que afectan su funcionamiento normal y efectividad. Los efectos psicológicos afectan el bienestar mental individual y pueden incluir trastornos como la depresión y la ansiedad (Henningfield et al., 2022). Mientras tanto, los efectos físicos implican el daño que las drogas causan al cuerpo de una persona (Salas-Wrighte et al., 2016). La cirrosis hepática, causada por el exceso de alcohol, y el cáncer de pulmón, debido al tabaquismo, son algunos de los efectos físicos del abuso de drogas.
Los efectos del abuso de drogas pueden extenderse de un usuario individual a la sociedad. La comunidad puede verse afectada económicamente por el aumento de la tasa de abuso de drogas. Por ejemplo, los drogadictos no se ocupan de sus trabajos, lo que supone una carga económica para sus familias. Además, el gobierno tiene que gastar mucho dinero en instalaciones de rehabilitación e inteligencia sobre el abuso de drogas (Zulaikha et al., 2022). La sociedad también puede verse afectada emocionalmente por los resultados del abuso de drogas. A las familias de los adictos les resulta difícil concentrarse en su trabajo, y algunos de los miembros de la comunidad pueden ser víctimas de delitos relacionados con las drogas. Algunos de los delitos incitados por las drogas son la violencia de género, el robo y la violación. El sistema de justicia penal debe aprovechar las oportunidades disponibles para frenar la drogadicción.
Desafíos de frenar el uso de drogas
Aunque frenar el uso indebido de drogas es beneficioso para el bienestar y el desarrollo socioeconómico de los ciudadanos, varios desafíos lo dificultan. En primer lugar, existe una mayor tolerancia al uso de sustancias entre los estadounidenses (Carnahan et al., 2021). Si bien los efectos del abuso de drogas son evidentes, muchas sociedades toleran el problema. Por lo tanto, hay poca intervención comunitaria para ayudar al sistema de justicia penal a frenar el abuso de drogas. El aumento del uso de las plataformas de redes sociales y el deseo de imitar a las celebridades son una de las causas del aumento de la tolerancia (Henningfield et al., 2022). Es difícil para la policía identificar e investigar los delitos relacionados con las drogas cuando la comunidad no está dispuesta a colaborar.
En segundo lugar, la falta de mecanismos eficaces para hacer frente a los toxicómanos y los delitos consiguientes es perjudicial para la lucha contra el problema. El gobierno ha priorizado otros temas sociales, descuidando el abuso de sustancias. Por ejemplo, se canalizan más recursos a otros problemas relacionados con la salud, como el cáncer, que el abuso de drogas. Por lo tanto, el tratamiento y la gestión de la adicción a las drogas se llevan a cabo a expensas de las familias de las víctimas (Carnahan et al., 2021). Los altos costos de los medicamentos pueden llevar a situaciones económicas difíciles entre las familias de las víctimas. Los limitados recursos económicos y humanos para frenar la adicción a las drogas dificultan la lucha contra el problema.
Por último, el aumento de la corrupción dentro del sistema de justicia penal es perjudicial para frenar el consumo de drogas. Aunque el abuso de drogas está penalizado en los Estados Unidos, hay un mayor uso de drogas entre los estadounidenses y otros residentes de los Estados Unidos (Schulenberg & Johnston, 2020). La corrupción es una de las principales causas del aumento de la oferta ilegal dentro del país (Kruijt & Koonings, 2023). La policía es sobornada, lo que lleva al arresto de pequeños delincuentes y deja a los grandes capos de la droga libres de la escoria. Además, los tribunales dan meros castigos a los delincuentes relacionados con las drogas (Erspamer et al., 2021). Este último continúa vendiendo y suministrando drogas, ya que las multas cobradas son menores que las ganancias obtenidas. Por lo tanto, el soborno de los señores de la droga dentro del sistema de justicia penal perpetúa el uso de sustancias, paralizando los desarrollos socioeconómicos.
Oportunidades disponibles y recomendaciones
Los desafíos subyacentes son perjudiciales para la respuesta de la justicia penal al abuso de drogas, pero varias oportunidades pueden ayudar a mejorar la situación. Estados Unidos es uno de los países desarrollados con sistemas políticos altamente avanzados (Erspamer et al., 2021). Los poderes ejecutivo, judicial y legislativo del país están compuestos por individuos altamente experimentados. En consecuencia, el sistema de justicia penal puede aprovechar la experiencia del Congreso, el Senado y el ejecutivo para formular legislación sobre el uso de sustancias. La legislación puede usarse para priorizar la financiación y la asignación de recursos para frenar el uso de sustancias en el país (Carnahan et al., 2021). La mayoría de los adictos se beneficiarán de los programas de rehabilitación mejorados por la legislación favorable.
Además, los Estados Unidos tienen sistemas tecnológicos y educativos avanzados cruciales para la investigación del abuso de sustancias. La tecnología se puede utilizar para desarrollar medicamentos que pueden ayudar a controlar y controlar el abuso de sustancias. Además, la tecnología puede ser útil durante las actividades de investigación relacionadas con el uso de sustancias (Kopf & Mowen, 2022). Por ejemplo, rastrear a los narcotraficantes y realizar actividades inteligentes puede ayudar a reducir el uso de sustancias. Además, la tecnología y la investigación educativa avanzada se pueden integrar en las organizaciones de atención médica para rastrear el rendimiento de los enfoques de tratamiento de los adictos a las drogas (Trenfield et al., 2022). La combinación de tecnología avanzada y educación juega un papel importante en la reducción del consumo de sustancias y la adicción.
Además, el advenimiento de las redes sociales y otras plataformas principales presenta una oportunidad para llegar a muchos estadounidenses. Las plataformas permiten la comunicación y el debate público sobre asuntos que son cruciales para el desarrollo socioeconómico. En consecuencia, la policía y el poder judicial pueden promover campañas en las redes sociales contra el uso indebido de drogas. Las campañas ayudarán a sensibilizar al público sobre el tema (Husniati et al., 2022). Además, las campañas en las redes sociales pueden atraer a las empresas privadas para luchar contra el uso de sustancias.
Conclusión
El consumo de sustancias y la adicción son los principales problemas en los Estados Unidos y otros países desarrollados. El abuso de drogas es perjudicial para el bienestar físico y psicológico, lo que dificulta que las personas se conviertan en miembros productivos de la sociedad. El sistema de justicia penal, el poder judicial de las prisiones y la policía son fundamentales para frenar el abuso de sustancias. Sin embargo, la corrupción, la tolerancia al consumo de drogas y los mecanismos ineficaces de control obstaculizan la lucha contra el consumo de drogas. El sistema puede aprovechar los legisladores experimentados de los Estados Unidos, los medios de comunicación convencionales y la tecnología y educación avanzadas para abordar los desafíos. Reducir el consumo de sustancias y la adicción es primordial para el desarrollo socioeconómico en los Estados Unidos.