Aplicación de la teoría clásica de la criminología
El propósito de cualquier teoría del crimen es analizar el comportamiento criminal e identificar los factores que contribuyen a él. Cada teoría explica dónde ocurre la actividad criminal, por qué ocurre y cómo ocurre. Uno puede trabajar para reducir la cantidad de delitos que ocurren o rehabilitar a los delincuentes al comprender primero por qué una persona se involucra en un comportamiento criminal (Siegel, 2016). Cometí un crimen cuando tenía once años, y todavía puedo recordar vívidamente lo que sucedió. Como resultado del hecho de que me crié en una familia próspera, se me permitió aprender a conducir con la ayuda de mi padre y mis hermanos.
A pesar de que era muy consciente de las posibles repercusiones de conducir cuando todavía era menor de edad, hubo un día en que robé el automóvil que pertenecía a mi padre y me llevé a la escuela. Mientras conducía por la carretera principal, me desorienté. Accidentalmente presioné el pedal del acelerador, lo que provocó una colisión frontal con otro vehículo que se acercaba por detrás. Cuando el semáforo se puso rojo, debería haber aplicado los frenos de inmediato, pero no lo hice. Después de la intervención de la policía de tránsito, se determinó que había cometido tres delitos: el primer delito fue conducir bajo la edad legal, conducir sin una licencia válida, y el tercer delito fue golpear un automóvil que estaba esperando en el semáforo. Mi padre fue contactado y resolvió todos los honorarios y costos asociados con él.
La teoría clásica fue el ímpetu para mi comportamiento ilegal como joven. Esta teoría afirma que las personas deliberan antes de participar en actividades ilegales; que cuando alguien comete un delito, es porque el individuo decidió que sería en su beneficio cometer el delito; y que la gente piensa antes de participar en actividades ilegales (Agozino, 2019). Según la teoría clásica de la criminalidad, las personas nacen criminales que no pueden ser disuadidos de cometer delitos (Siegel, 2016). Sobre la base de esta teoría, los perpetradores no pueden aprender a controlarse a sí mismos, independientemente de si la discapacidad es mental o física (Siegel, 2016). En consecuencia, debido a la influencia de factores biológicos, fue un desafío para mí ignorar el acto criminal. Era consciente de que estaba participando en actividades ilegales, pero estaba tan decidido a mejorar mi confianza en mí mismo que decidí conducir solo en la carretera. No fue difícil ignorar la tendencia porque tuve la oportunidad de usar a mi hermano mayor como compañía; sin embargo, era ignorante de mi lado y no aproveché la oportunidad.
El énfasis en un sistema de justicia penal que incluye a la policía y los tribunales, además de los centros penitenciarios, fue provocado por la teoría clásica. Se plantea la hipótesis de que aumentar el número de prisiones y aprobar leyes más estrictas con sanciones más severas son las formas más efectivas de combatir y reducir la delincuencia (Siegel, 2016). En la criminología tradicional, el libre albedrío explica por qué los delincuentes cometen delitos. Según esta escuela de pensamiento, el método más efectivo para reducir la delincuencia es desalentar el comportamiento criminal al hacer que sea inconveniente o insostenible para los infractores cometer delitos (Siegel, 2016). En base a esto, he sido acusado del crimen para disuadirme de cometer la misma infracción en el futuro.