Liderazgo en la organización de justicia penal
Liderazgo
El liderazgo se define como tanto el proceso que motiva el logro de una meta como las habilidades que son inherentes a una persona en particular, lo que le permite guiar ese proceso (Sims, 2002). Esencialmente, el liderazgo es lo que inspira a otros a hacer lo que el líder está convencido de que debe hacer. Se han propuesto varias teorías para explicar el liderazgo. Algunos de ellos son el rasgo, el comportamiento, la contingencia, el intercambio líder-miembro y las teorías de liderazgo de decisión.
Teoría del liderazgo de rasgos
Esta teoría también se conoce como la teoría del gran hombre del liderazgo. Postula que el buen liderazgo está vinculado a rasgos y características particulares de la personalidad, como la inteligencia, la confianza, el encanto, el coraje, la persuasión, etc., que se consideran los precursores de la capacidad de liderazgo. Los defensores de la teoría idearon las diversas características de un buen líder mediante el estudio de las personas que habían sido considerados grandes líderes a lo largo de la historia (Waite, 2008).
Teoría del Liderazgo Conductual
Los proponentes de esta teoría pensaban que el liderazgo podía ser estudiado y aprendido en lugar de ser inherente a personas particulares y no a otras (Bertocci, 2009). Hicieron una distinción entre los líderes centrados en el trabajo que sólo se centran en completar la tarea en cuestión y supervisar el desempeño de las funciones de cerca, y los líderes centrados en los empleados que se concentran más en el crecimiento personal de sus trabajadores y, por lo tanto, dar a los trabajadores más libertad en el desempeño de las funciones.
Contingencia/Teoría situacional del liderazgo
Esta teoría afirma que la eficacia de cualquier líder solo puede ser juzgada legítimamente refiriéndose a la situación en la que se encuentra. El liderazgo consiste, por lo tanto, en hacer coincidir la personalidad de una persona específica con las demandas de una situación particular (Bertocci, 2009).
La teoría que sería más efectiva en la organización de justicia penal sería la teoría situacional porque las diversas situaciones que surgen en las organizaciones de justicia penal son de diferentes niveles de estrés y requieren líderes de diversos rasgos de personalidad y experiencias para manejarlos. Por ejemplo, una situación de secuestro es una situación de muy alta presión y necesitaría un líder que sea tranquilo, controlado y altamente objetivo para resolver el asunto de manera efectiva.
Comparación entre un líder carismático y transformacional
Los líderes transformacionales tienen un fuerte sentido de misión y pueden inspirar seguidores leales y comprometidos. Por lo general, utilizan su sentido de la visión y su capacidad para explicar esta visión a sus seguidores para instar a las personas que los rodean a comprometerse con la meta como si fuera la suya (Martin, Cashel, Wagstaff, & Breunig, 2006).
Los seguidores de líderes carismáticos asocian a los líderes con habilidades de liderazgo heroicas y extraordinarias cuando observan ciertos comportamientos en ellos. Sus seguidores generalmente tienden a darles poderes. Al igual que los líderes transformacionales, tienen una visión que generalmente acompañan con una declaración de visión sobre cómo pretenden lograr sus objetivos. Así es como logran comandar la confianza de sus seguidores. Sin embargo, a diferencia de los líderes transformacionales, se cree que los líderes carismáticos nacen con rasgos de comportamiento particulares que los hacen carismáticos. Por ejemplo, son naturalmente entusiastas, optimistas y animados en su comunicación (Robbins, 2011).
En una organización de justicia penal, el líder carismático se emplearía en situaciones que requieren entusiasmo, especialmente en reunir apoyo para una determinada causa. Por ejemplo, cuando un departamento de policía necesita fondos para un programa que están ejecutando, el líder carismático sería el más adecuado para ponerse de pie en nombre del departamento para buscar el apoyo del gobierno. Los líderes transformacionales son más efectivos en el funcionamiento diario de las organizaciones de justicia penal porque están más enfocados en estimular y mejorar a los subordinados. También hacen que su objetivo sea comprender las diferencias entre sus subordinados; por lo tanto, son más adecuados para emparejar a sus subordinados con las tareas que pueden lograr.