El caso Calvary Chapel Dayton Valley contra Steve Sisolak
Introducción
En abril de 2019, poco después de que comenzara Covid-19, el gobernador de Nevada, Brian Sandoval, firmó una orden ejecutiva que requiere que todas las empresas con más de 50 empleados presenten cartas de aprobación de su clero. Esto fue antes de que pudieran realizar cualquier evento o actividad pública. La orden también requería que las empresas que habían realizado anteriormente tales eventos o actividades presentaran nuevas cartas cada seis meses hasta su próxima reunión con funcionarios del gobierno. La Corte Suprema de los Estados Unidos negó una solicitud de emergencia por parte de Calvary Chapel para celebrar servicios religiosos en Nevada. El caso comenzó cuando el Estado de Nevada promulgó el Covid-19, que ordenó a todos los ciudadanos permanecer en sus hogares y no dejarlos a menos que viajaran para asistir a emergencias. Esta orden fue enmendada más tarde para incluir cualquier reunión religiosa que no involucre comida o agua. Calvary Chapel presentó una solicitud de emergencia para el alivio ante la Corte Suprema de Nevada, solicitando una revisión inmediata de esta ley. La Corte Suprema negó su solicitud, explicando que no podía pronunciarse sobre una solicitud de emergencia dentro de su jurisdicción porque requería un panel de tres jueces para escuchar el caso y decidir sobre el fondo.
Esquema del caso
Título del caso
Calvary Chapel Dayton Valley v. Steve Sisolak
Los hechos del caso
En su queja, la Iglesia afirmó que el Covid-19 había creado una atmósfera discriminatoria para los grupos religiosos en Nevada. Específicamente, argumentó que el Covid-19 viola tanto la Cláusula de Libre Ejercicio como la Cláusula de Igualdad de Protección porque se dirige injustamente a las organizaciones religiosas al señalarlas por un trato desfavorable al tiempo que permite que los establecimientos de juego operen sin restricciones.
Historia del Caso
La Calvary Chapel afirma que una directiva estatal permite que las empresas no esenciales, como los casinos y los parques acuáticos, operen al 50% de su capacidad (Calvary Chapel Dayton Valley v. Steve Sisolak,2021). Sin embargo, prohíbe que los lugares de culto se congreguen con más de 50 personas bajo cualquier circunstancia es discriminatorio y viola su derecho al libre ejercicio, la libertad de expresión y la asamblea pública.
Preguntas legales
- ¿Tiene el Estado un interés apremiante en proteger la salud y la seguridad públicas en tiempos de crisis?
- ¿Hay alguna otra manera de lograr este objetivo sin violar las libertades religiosas?
Decisión o participaciones
El Tribunal dictaminó que no hubo violación de los derechos de la Iglesia bajo la Cláusula de Libre Ejercicio o la Cláusula de Libertad de Expresión de la Primera Enmienda. Esto se debió a que no estaba claro que estas cláusulas tenían la intención de proteger a las organizaciones religiosas de las leyes que son neutrales en su cara (Buckner, 2021). Esto significa que el tribunal no cree que estas cláusulas protejan a las iglesias de las leyes no discriminatorias destinadas a mantener los espacios públicos libres de mensajes religiosos. Sin embargo, esto no significa que estas cláusulas no puedan usarse para impugnar leyes como la Covid-19 en casos futuros; solo significa que la Covid-19 no corre el riesgo de ser anulada por esta decisión.
Veredicto y Opinión
El tribunal determinó que el Covid-19 no violó la Primera Enmienda porque no supone una carga para el discurso o la conducta religiosa. En cambio, simplemente regula cómo estas organizaciones pueden operar dentro de sus límites físicos cuando esos espacios están reservados solo para fines religiosos (es decir, capillas). El tribunal dictaminó que el propósito del Estado al promulgar el Covid-19 no tenía por objeto desfavorecer la religión, sino más bien proteger la salud y la seguridad públicas. El tribunal también sostuvo que si bien puede haber cierta tensión entre la protección de la salud pública y la seguridad y la protección de la libertad religiosa, este conflicto no fue tan grande como para justificar la revocación de la Covid-19.
Conclusión
La decisión del tribunal se basó en una prueba de equilibrio que sopesó los intereses del gobierno en la seguridad pública contra los derechos religiosos. El ciudadano se benefició, ya que el número de casos de COVID se redujo, por lo que esta fue una buena decisión. El tribunal dictaminó que “el interés apremiante del Estado en proteger a sus ciudadanos de los delitos violentos justificaba una prohibición completa de la reunión.