Teorías criminológicas: una exploración integral
Las ideas criminológicas ayudan a explicar lo frecuentemente insondable y a analizar la crueldad, la opresión o incluso el mal que algunos humanos infligen a otros. Las teorías de elección, que incluyen la elección racional, las actividades rutinarias, la disuasión general, la disuasión particular y las teorías de incapacidad, implican que los delincuentes consideran cuidadosamente si deben realizar actos ilegales (Thomas et al., 2020). Las teorías de elección se basan en la idea de que la probabilidad de que un crimen sea controlado aumenta con la severidad, la certeza y la velocidad del castigo. Esta teoría explica cómo la persuasión y la negociación pueden prevenir al criminal de acciones negativas. Estas ideas tienen sus raíces en la criminología tradicional de los teóricos sociales del siglo XVIII, Beccaria y Bentham, que manifiestan que los delincuentes analizan cuidadosamente sus objetivos antes de decidir un curso de acción (Zhao et al., 2021. Los teóricos de la elección ven el crimen como un delito y un delito específico, lo que implica que la corrupción puede evitarse o disminuirse persuadiendo a los delincuentes potenciales de que los riesgos de violar la ley superan las ventajas.
Una nueva teoría multidisciplinaria llamada «teoría del curso de la vida» tiene como objetivo comprender las diversas fuerzas que influyen en la vida de las personas desde la concepción hasta la muerte al situar el desarrollo individual y familiar en entornos culturales e históricos. La teoría reconoce que no hay dos personas iguales y demuestra que hay experiencias de la vida cotidiana que siguen patrones comunes («Criminología del curso de la vida», n.d.). Hay pasajes sociales que uno debe atravesar dentro de estos patrones, y como resultado, uno debe cumplir con el pacto social que la sociedad ha construido implícitamente. El enfoque del curso de la vida en criminología es un intento de proporcionar una perspectiva holística para el estudio del comportamiento criminal. Tiene en cuenta la amplia gama de factores que influyen en la ofensa a través de diversos períodos de tiempo y contextos. El principio fundamental de esta teoría es que los cambios con la edad y el comportamiento criminal y delincuente tienen lugar en un patrón predecible.