El crimen y sus causas sociológicas, biológicas y psicológicas
Introducción
El crimen es un fenómeno muy complicado que no puede ser explicado adecuadamente por una sola teoría o marco teórico. Es un acto ilegal que es punible por la ley. Robo, robo, agresión sexual y homicidio involuntario son ejemplos de crímenes cometidos contra la humanidad. Al describir las razones de cada uno de estos crímenes, se ofrecen diferentes teorías para determinar qué lleva a los delincuentes a cometer estos actos. Este ensayo pretende discutir las teorías sociológicas, biológicas y psicológicas de la causalidad del crimen en relación con el comportamiento y la acción humana.
Teorías biológicas del crimen
Las teorías biológicas del crimen sostienen que las personas cometen crímenes debido a predisposiciones genéticas o defectos neurológicos que favorecen la conducta criminal. Según Barlow y Kauzlarich, otra suposición de estas teorías es que las cualidades y rasgos físicos de un individuo conducen a un comportamiento criminal. El marco teórico principal que sustenta estas creencias se basa en el concepto de que el material genético específico se transmite de padres a hijos, lo que aumenta la probabilidad de que el niño cometa delitos.
Tales marcos fueron considerados como las teorías tradicionales del crimen, que se basaban principalmente en la genética y la composición biológica de una persona. Los teóricos clásicos, sin embargo, no pudieron proporcionar un vínculo que indicara si las características heredadas contribuyeron al crimen al centrarse en la composición física de los seres humanos (Marsh, 2006). Los investigadores criminales modernos como Mednick, por otro lado, han adoptado un enfoque novedoso para establecer cómo la composición biológica de una persona conduce a la conducta criminal. En este caso, las vulnerabilidades genéticas, los neurotransmisores, las variaciones fisiológicas, las variaciones de personalidad y temperamento, el sistema nervioso central y las anomalías biológicas se utilizan para explicar la conducta criminal en los humanos.
Las teorías biológicas modernas, como las teorías de enfoque genético que se utilizan actualmente para explicar el comportamiento criminal, incluyen un examen de los problemas sociales, así como un énfasis en los aspectos biológicos que contribuyen al crimen en los seres humanos. Por ejemplo, el uso de anormalidades neuropsicológicas para evaluar si las personas tienen conducta criminal examina el número de electroencefalogramas (EEG) en personas que pueden ser sociables o antisociales (Marsh, 2006). Los bajos niveles de anomalías de EEG sugieren que una persona tiene deficiencias neurológicas, lo que puede conducir a un mal control de los impulsos y deterioro del juicio, lo que aumenta la probabilidad de actividad delictiva. Los tipos de teorías biológicas utilizadas para explicar el crimen en los seres humanos incluyen teorías de excitación biosocial, teorías del sistema nervioso autónomo, atavismo y teorías de concordancia.
Teorías psicológicas del crimen
Las teorías psicológicas del crimen, por otro lado, se basan en la premisa de que la conducta criminal es causada por defectos mentales y conflictos que pueden llevar a un individuo a participar en actividades delictivas. Las teorías psicoanalíticas, las teorías de la personalidad y las teorías del desarrollo cognitivo se encuentran entre los diferentes tipos de teorías psicológicas utilizadas para explicar la conducta criminal en los seres humanos (Walklate, 2007). Estas teorías se concentran en las causas del crimen a nivel individual en lugar de conectar el crimen con factores como anormalidades mentales, enfermedades mentales y bajos niveles de cociente de inteligencia.
Estas teorías sugieren que la personalidad o las diferencias biológicas en el carácter impulsan a ciertas personas a realizar actividades delictivas. Otra suposición utilizada por las teorías psicológicas para explicar la conducta delictiva es que las personas que han sido socializadas indebidamente en la sociedad pueden estar en peligro de realizar actividades delictivas en el transcurso de sus vidas (Marsh, 2006). Según Barlow y Kauzlarich, la socialización inadecuada hace difícil para tales personas formar relaciones positivas con otros miembros de la sociedad, y tales malas interacciones pueden fomentar la conducta desviada en estas personas. La socialización individual, según las teorías psicológicas, es un factor que contribuye a la conducta aberrante en la sociedad. Por ejemplo, la personalidad de una persona indica su propensión a comportamientos ofensivos.
Teorías sociológicas del crimen
Las teorías sociológicas del crimen intentan explicar la conducta criminal observable examinando el contexto social en el que ocurre. La tensión, el aprendizaje social y las teorías de control son las tres teorías sociológicas más importantes. Según la teoría de la tensión, las personas se involucran en el crimen, porque están bajo estrés, se agitan y sienten negatividad a su alrededor, y ocasionalmente se involucran con algún crimen como resultado (Marsh, 2006). Según Walklate, aquellos privados de derechos por el racismo son más propensos a experimentar tensión, ya que tienen los mismos objetivos que sus compatriotas estadounidenses, pero encuentran sus posibilidades limitadas en una cultura plagada de disparidades sistemáticas. Por lo tanto, es más probable que estos individuos recurran a métodos no autorizados para lograr el éxito económico, a través de la abundancia de los llamados delitos de llamadas blancas que ocurren rutinariamente en los Estados Unidos. Esta forma de delito se refiere a las fechorías de los privilegiados económicos, como los ejecutivos corporativos que cometen fraude.
La teoría del aprendizaje social postula que las personas cometen crímenes porque aprenden a hacerlo de sus compañeros y otros. Descubren que se sienten atraídos por el crimen y están expuestos a modelos criminales. Según esta hipótesis, los jóvenes aprenden a participar en actividades delictivas de la misma manera que los adultos. Los grupos primarios como la familia, los amigos y los grupos de compañeros tienen una influencia significativa en lo que aprenden los niños (Walklate, 2007). Por ejemplo, según Barlow y Kauzlarich, un niño criado en un entorno en el que se fomenta el robo de propiedad privada y otros delitos graves percibe la agresión y la desviación como la norma e imita a los adultos que llevan tales estilos de vida. La mayoría de la teoría del aprendizaje social se centra en los tres métodos a través de los cuales cada individuo aprende a participar en el comportamiento criminal: refuerzo diferencial, modelado y creencias.
Conclusión
En conclusión, las teorías sociológicas, biológicas y psicológicas de la causalidad del crimen explican el comportamiento humano desde diferentes puntos de vista. La teoría biológica explica el comportamiento humano basado en la herencia, es decir, los materiales genéticos se transmiten de padres a hijos. La teoría sociológica, por otro lado, se basa en las condiciones sociales para explicar el crimen y el comportamiento humano, mientras que la teoría psicológica se centra en las deficiencias y condiciones mentales.