Introducción
Cada estado tiene el derecho de decidir cómo lidiar con el problema de la propiedad privada de armas. La mayoría de los estados tienen una jurisdicción que requiere un permiso para portar una pistola. En mi opinión, la propiedad privada de armas no debería estar prohibida debido a la garantía de los derechos de la Segunda Enmienda y por la seguridad del pueblo estadounidense.
Derechos civiles
El derecho de los ciudadanos a adquirir, almacenar y utilizar armas de fuego, combinado con la inclusión de armas y municiones en la circulación civil, es un derecho natural y no puede restringirse. Un régimen político donde el derecho de los ciudadanos a poseer armas es limitado o no reconocido puede caracterizarse como tiránico o despótico (Duignan, 2022). El ejército y la policía, armados, a diferencia de la mayoría de los ciudadanos, con armas de fuego, protegen a tal estado de los intentos de tomar el poder por parte del pueblo.
Democracia
Las armas son un atributo de la democracia. Las razones de las restricciones a la posesión de armas han sido históricamente políticas, no dirigidas a combatir el crimen. Esto se hizo para garantizar la aplicación sin trabas de la política de terror.
No aumenta el crimen
La legalización de las armas no conducirá a un aumento de la delincuencia. Las armas legalmente registradas prácticamente no se utilizan con fines delictivos en todo el mundo (Duignan, 2022). Esto se debe a que, durante los crímenes, los casquillos y las balas permanecen en su lugar, lo que puede usarse para identificar armas y encontrar al perpetrador.
Conclusión
Los ciudadanos respetuosos de la ley necesitan tener armas para la autodefensa. Si cumplen con sus deberes como ciudadanos de un Estado democrático, también deberían tener derecho a poseer armas. Entonces el arma en manos de los ciudadanos será una confirmación de los derechos humanos, ya que les permitirá ejercer el derecho a la autodefensa.