Discusión: El problema de la culpabilización de las víctimas
La victimología como disciplina se centra en el aspecto de la influencia de la víctima en la comisión del crimen en forma de responsabilidad, precipitación y provocación. Así, los victimólogos intentan detectar situaciones en las que, sin la participación de la víctima, el delito no habría ocurrido. Por un lado, la víctima puede manipular su posición mediante chantaje, buscando privilegios en el marco de la demanda. Por otro lado, el contexto que rodea no el crimen en sí, sino incluso la vida personal de la víctima puede ser utilizado para justificar el crimen cometido contra ellos (Van Djik, 1997). La situación de culpar a una víctima no criminal es injusta porque desdibuja el espacio entre lo legal y lo criminal.
Los victimólogos tienden a encontrar aquellos casos en los que la provocación causa directamente una decisión criminal, ya que es mucho más común que la víctima sea acusada de provocación, aunque su comportamiento es mucho más imprudente que provocador. Un ejemplo de un caso de violación estudiantil tan injusto que culpa a las víctimas en Stanford. Brock Turner penetró a una niña inconsciente que fue encontrada después de que un estudiante bebiera en la parte trasera de un vertedero del campus universitario. La declaración del padre de Turner apoyó la convicción de la inocencia de su hijo, ya que el hecho de que la niña estaba borracha sirvió de excusa para Turner. Básicamente, está justificando el crimen insinuando que su víctima no cumple con los estándares injustamente altos de moralidad establecidos para ella.
La respuesta escrita de la niña violada es importante en su mención de que la agresión sexual es fundamentalmente diferente de la decisión equivocada en un estado de intoxicación por alcohol, teniendo un elemento de explotación de la inconsciencia (Baker, 2016). La niña no cometió ningún delito, pero debe tenerse en cuenta que las víctimas con comportamiento «criminal» deben recibir el mismo trato con dignidad como víctima completa, ya que tal persona sufre lo mismo. El cargo de victimización sólo es pertinente en el contexto de la participación real de la víctima en la tergiversación del verdadero contexto de la situación, que es un delito en sí mismo. Por lo tanto, si hay una víctima en el crimen, la culpa no puede ser transferida a ellos, ya que esta es siempre una forma de justificar el crimen y daña psicológicamente a las posibles víctimas futuras.