La cantidad de la fianza: Peligrosidad de la persona
Introducción
La cantidad de la fianza depende de la gravedad del crimen. Scott-Hayward y Fradella señalan que la fianza por delitos clasificados como delitos graves es de cinco a diez veces la fianza requerida para delitos menores. Por lo tanto, la cantidad de la fianza aumenta cuando el delito es más grave y peligroso. Apoyo la idea de que la “peligrosidad” que una persona podría representar para la comunidad debe considerarse como un factor para decidir si se debe establecer una fianza.
Discusión
De hecho, hay casos en que una persona, aunque ha violado la ley, no ha hecho daño a nadie y admite su culpa. Como resultado, se le puede asignar una fianza baja. Por el contrario, cuanto más grave es la gravedad del crimen, más debe pagar una persona para sufrir un castigo financiero. Esto se aplica a delitos no violentos como el robo. Si una persona ha cometido violencia o un crimen repetido, generalmente se le debe negar la oportunidad de pagar la fianza porque él o ella es un peligro para la sociedad.
Hay muchos defensores de las restricciones más estrictas a la libertad bajo fianza y una reducción en el número de presos sujetos a fianza. El argumento más citado es que permitir la libertad bajo fianza perjudica significativamente la seguridad pública. Sin embargo, Monaghan et al. demostrar que tal fenómeno es improbable. Muchos opositores de la reforma de la fianza creen que permitir la fianza reducirá el número de arrestos que comparecen ante el tribunal, y Monaghan et al. probar esta creencia mediante el análisis de casos de delitos seleccionados al azar en el Condado de Orleans. El resultado fue que el riesgo de fuga de los detenidos bajo fianza es mínimo. Los resultados muestran que reducir o eliminar la garantía en efectivo no afecta significativamente la seguridad pública.
Conclusión
Por otro lado, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos analiza no solo los intereses de la justicia, sino también el interés privado de una persona sometida a enjuiciamiento penal y trata de encontrar un equilibrio óptimo entre ellos. Según Scott-Hayward y Fradella, la restricción de la libertad sólo debe aplicarse cuando no hay otra medida en vigor; debería ser la excepción, no la regla. Proviene del hecho de que la libertad es un estado natural, y cualquier restricción debe justificarse.